MARACUYÁ

MARACUYÁ

Passiflora edulis

La fruta de la pasión, más conocida como maracuyá o parchita, es una planta trepadora de la familia pasifloráceas originaria de la amazonia brasileña. Su tallo es rígido y leñoso, presenta hojas trilobuladas de gran tamaño y vistosas flores de apariencia similar a una corona de espinas. El fruto, de entre 4 y 10 cm de diámetro, está recubierto por una gruesa cáscara cerosa de color amarillo o púrpura.

Cultivo y manejo

Se reproduce fundamentalmente por semillas, pero también por estacas e injerto. La enredadera de maracuyá puede extenderse hasta 20 metros, por lo que requiere protección del viento. No tolera terrenos encharcados y precisa abundante sol. La producción se obtiene a los dos años de sembrada la planta y la recolección de los frutos debe hacerse en el suelo, pues el punto de madurez lo indica su desprendimiento natural.

Propiedades

El jugo de la fruta y la infusión de la flor tienen efectos sedantes que ayudan a aliviar dolores musculares y menstruales. También se les atribuyen propiedades antiespasmódicas, vasodilatadoras y antioxidantes. La pulpa es rica en calcio, hierro, fósforo y vitaminas A y C.

Usos culinarios

La pulpa se consume directamente y sin retirar las semillas. Por su sabor ligeramente ácido, el maracuyá combina muy bien como aderezo para ensaladas de hojas verdes y de frutas, o bien puede mezclarse con ron blanco a manera de cóctel o con vino blanco y miel como sirope. El fruto intacto puede conservarse de dos a tres semanas en refrigeración, en tanto la pulpa puede congelarse sin cambios apreciables por períodos mucho más largos. Además, las flores son comestibles y sumamente decorativas.

  • Jugo de maracuyá

4 frutos de maracuyá

4 cucharadas de azúcar

1 litro de agua

Lavar los frutos, cortarlos a la mitad y separar la pulpa de los cascos. Mezclar la pulpa con el azúcar y el agua, ya sea en una batidora a mínima velocidad y por breves segundos o manualmente. Colar y servir frío. Este jugo también puede licuarse con otras frutas (mango, piña) o con los propios cascos previamente hervidos y sin la piel para obtener una bebida más espesa.

  • Cascos de maracuyá en almíbar

Esta receta permite aprovechar los cascos, que son ricos en pectina, una vez desprendida la pulpa. Hervir los cascos, refrescarlos y con una cucharita separarlos cuidadosamente de la piel. Preparar un almíbar ligero mezclando partes iguales de azúcar y agua (aromatizar con canela en rama, cáscara de limón o anís). Cocinar a fuego lento los cascos en este almíbar hasta que estén transparentes y el almíbar se pegue a los dedos.

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