REMOLACHA
Beta vulgaris
También conocida como betabel, la remolacha es una herbácea de la familia de las amarantáceas, en la que se incluye la acelga y la espinaca. Es oriunda del Mediterráneo y sus diferentes variedades se han empleado a través de los siglos para alimentar al ganado, producir azúcar y consumir como hortaliza. Las raíces, por lo general de color rojizo, pueden ser redondas o alargadas y su diámetro es de alrededor de 5 cm.
Cultivo y manejo
En Cuba se cultiva básicamente de octubre a abril, pues prefiere los ambientes frescos y húmedos. Se realiza siembra directa y la cosecha se efectúa alrededor de 90 días después de la germinación, que ocurre aproximdamente a las dos semanas. Es preciso evitar la resequedad para que las raíces no se tornen fibrosas.
Propiedades
Las raíces contienen ácido fólico, selenio y vitamina C. Su jugo, que es diurético y tónico, se emplea para aliviar enfermedades bronquiales y calmar la tos. Las hojas son más nutritivas que las raíces y aportan vitaminas B y C, hierro y calcio.
Usos culinarios
Ya sean crudas o cocidas (al vapor, hervidas, al horno), las raíces de la remolacha se consumen fundamentalmente en ensaladas y guarniciones. Sin embargo, también se elaboran en jugos, sopas, salsas y encurtidos. Las hojas frescas poseen un delicado sabor y combinan muy bien con otras ensaladas de hojas, pero además pueden saltearse con ajo o cebolla. En bolsas plásticas, la remolacha se conserva alrededor de dos semanas en refrigeración.
- Ensalada de remolacha agridulce
3 remolachas grandes
2 cucharadas de miel
2 cucharadas de vinagre
Lavar las remolachas, retirar las hojas y ponerlas en agua a fuego lento alrededor de 45 minutos, hasta que estén blandas. Refrescarlas, pelarlas y cortarlas en rebanadas finas. Mezclar la miel con el vinagre y bañar las rebanadas.
- Crema de remolacha
4 remolachas medianas
3 cucharadas de mantequilla o aceite
1 cebolla mediana
1 diente de ajo
2 cucharadas de harina de trigo
½ taza de leche
1½ tazas de caldo vegetal o de ave
Sal y pimienta al gusto
Lavar las remolachas sin las hojas y ponerlas a hervir hasta que estén blandas. Mientras, derretir la mantequilla en una cazuela a fuego lento, añadir la cebolla y el ajo trinchados y rehogar. Incorporar la harina y la leche poco a poco para obtener una salsa ligera. Pelar las remolachas, cortarlas en dados y agregarlas a la preparación junto al caldo. Salpimentar, cocer por 20 minutos más y licuar hasta que la crema esté homogénea.