RÁBANO
Raphanus sativus
Hortaliza originaria del Mediterráneo Oriental que al igual que la col, el berro y el brócoli pertenece a la familia de las crucíferas (brasicáceas). Su raíz carnosa presenta variadas formas, tamaños (de 2 a 10 cm de diámetro) y colores: blanco, rosado, rojo, verde, incluso negro. Las hojas alcanzan hasta 15 cm de altura.
Cultivo y manejo
Puede cultivarse todo el año y a pleno sol, aunque prefiere las temperaturas frescas y tolera una sombra ligera. El período de siembra óptimo es de septiembre a abril. Las semillas pueden sembrarse directamente, manteniendo una distancia de 5 cm entre plantas, y germinan en dos o tres días. Las variedades de raíces pequeñas puden consecharse alrededor del mes de sembradas y para las más grandes es preciso esperar entre seis y diez semanas. Si permanecen en el suelo demasiado tiempo, los rábanos se tornan huecos, picantes y fibrosos.
Propiedades
Las raíces del rábano contienen vitamina C, ácido fólico, yodo y hierro, en tanto las hojas son ricas en calcio y vitamina C. Asimismo poseen fibra dietética que facilita el proceso digestivo. El rábano es un eficaz diurético, combate problemas bronquiales y estimula el apetito.
Usos culinarios
Las raíces del rábano pueden consumirse crudas en ensaladas, encurtidas o cocidas en diversas elaboraciones como sopas y guisos que atenúan su sabor fuerte y picante. Las hojas y las flores son comestibles, siempre que estén bien frescas.
- Cóctel de rábanos
8 rábanos grandes
1 limón
6 cucharadas de mayonesa
Sal y pimienta al gusto
Hojas de lechuga (para decorar)
Lavar los rábanos y rallarlos finamente antes de mezclarlos con el zumo de limón, la mayonesa, la sal y la pimienta. Enfriar y servir sobre hojas de lechuga u otra hortaliza de hoja.
- Ensalada de lentejas con rábanos
1 taza de lentejas secas
1 cebolla mediana trinchada
1 ají pimiento en tiritas
2 cucharadas de perejil trinchado
1 limón (la ralladura)
2 cucharadas de aceite
1 cucharada de vinagre
1 cucharadita de comino en polvo
Sal y pimienta al gusto
4 rábanos
Lavar las lentejas y ponerlas a fuego lento en una cazuela tapada con 3 tazas de agua. Cuando estén tiernas, pero no muy abiertas (una media hora después), escurrirlas, enjuagarlas y volverlas a escurrir. Mezclar con los demás ingredientes, excepto los rábanos. Enfriar un par de horas. Añadir los rábanos en rodajas antes de servir.