TOMATE
Lycopersicon esculentum
Oriundo de Centro y Sudamérica, el tomate integra la familia de las solanáceas y es hoy una de los cultivos de mayor distribución mundial. Sus frutos poseen una altísima diversidad de formas, tamaños, colores, texturas y sabores.
Cultivo y manejo
La siembra debe ser por trasplante, dejando una distancia entre plantas de 25 cm si se emplean estacas o tutores (método eficaz para preservar los frutos de la humedad del suelo y el ataque de plagas) y de 35 cm si se prescinde de ellos. El período óptimo de siembra a campo abierto es entre octubre y diciembre, pero en los meses de condiciones climáticas más adversas (elevadas temperaturas, abundantes precipitaciones, fuerte radiación solar, alta humedad), se recomienda el cultivo protegido. La cosecha, dependiendo de la variedad, se realiza cuatro o cinco meses después.
Propiedades
Es una fuente importante de potasio, magnesio, ácido fólico, vitamina C y varias del complejo B. Tiene propiedades antioxidantes y alcalinizantes, por lo que protege contra enfermedades y ayuda a mantener el equilibrio ácido-básico en el organismo.
Usos culinarios
La enorme popularidad del tomate se debe no solo a su agradable sabor, sino también a su gran versatilidad. Se consume fresco en ensaladas y jugos, pero también cocido en sopas, guisos, salsas, dulces… y en múltiples conservas caseras o industriales. Cuando están aún verdes, contienen una sustancia llamada solanina que resulta tóxica, por lo que deben dejarse madurar.
- Tomates rellenos con albahaca
Lavar los tomates, cortarlos horizontalmente un poco más arriba de la mitad y retirarles las semillas. Salpimentar el interior y rellenarlos con una mezcla hecha a partir de migas de pan fresco, ajo majado y hojas de albahaca trinchadas. Presionar el relleno y dejar que sobresalga ligeramente. Colocar los tomates en una bandeja de horno, rociarlos con aceite y asarlos hasta que estén bien dorados, alrededor de media hora.
- Dulce de tomate
7 tomates medianos
1 taza de azúcar
4 tazas de agua
1 pedazo de cáscara de limón
1 trozo de canela en rama
Lavar los tomates y sumergirlos dos minutos en agua caliente y después en agua helada para quitarles la piel, cortarlos longitudinalmente a la mitad y retirarles las semillas. Hacer un almíbar con los demás ingredientes. Una vez disuelta el azúcar, añadir los cascos de tomate y cocer a fuego lento durante hora y media, hasta que el almíbar tenga la consistencia deseada.